
Despertarse con escalofríos haciendo de todos modos calor y salir con el peor atuendo a comprar leche, acuchillar al señor de la caja que no hace nada, caminar abajo del sol me hace sentir viva, escuchar una quemada canción me hace sentir bien, medicina es mi anestecia, los líquidos que inventaron mis partículas, creo que el mundo va girando de a poco, bajo este arcoiris de papel nadar en el río de mis cejas, los oídos de las nubes y los labios de las mariposas, hay un beso crucial entre la palma de mi mano y la gripe de mentira, nuestros pánicos de plástico, las vueltas de cada día, la comida que me aburre, el sol otra vez, caminar sin pensar, cantar y sentir la briza, a travéz de las pupilas de un tiburón, con miedo asotando el dolor, clavar los dientes del éxito en mi diminuta congoja, es hora de gritar sí, es hora de gritar buenos días, ya no quiero ser más un enano de jardín aburrido de ver todos los días el mismo festín, algo se desforma en mí, es hora de saltar desde el cordón de una vereda, en mi barrio todo es mejor, el aire tiene mejor olor, la marihuana sabe mejor, la gente sonrríe mejor, las baldosas son perfectas, estirar las patas abajo del sol de, exactamente, las tres y diesciete minutos, comer bizcochitos y pensar que hoy todo saldrá bien porque el césped está más verde que ayer, y mañana va a ser más verde que hoy.
Me pone muy felíz ver como el jacarandá pintó de violeta el parque, y la gente paseando perros, y avenida caseros nunca me pareció muy linda pero tiene la ubicación perfecta, y es acá dónde el mate tiene mejor sabor. Soy la chica de cemento, no puede salir de sí. Cuando estoy lejos siempre me siento lejos, ningún lugar del mundo es como el lugar de todos los días. La rutina me hace sentir un poco menos perdida, creo que es una adicción, algo estático en tanta tormenta.
Me pone muy felíz ver como el jacarandá pintó de violeta el parque, y la gente paseando perros, y avenida caseros nunca me pareció muy linda pero tiene la ubicación perfecta, y es acá dónde el mate tiene mejor sabor. Soy la chica de cemento, no puede salir de sí. Cuando estoy lejos siempre me siento lejos, ningún lugar del mundo es como el lugar de todos los días. La rutina me hace sentir un poco menos perdida, creo que es una adicción, algo estático en tanta tormenta.
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