martes, 7 de julio de 2009

Vomitar peces


Un jardín dónde la primavera sea eterna, las flores nunca mueran, amapolas por siempre, amores por siempre, felicidad por siempre, el pasto eterno la inmensidad de un árbol y las más ricas frambuesas. Todo para todos, entre todos, solo juntos, quiero un mundo que me pinte una sonrrisa y me cuelgue de una nube, que me alimente con azúcar, que niguna tarde sea húmeda y que todas tengan mates a las cinco, y que pueda usar siempre mi ropa favorita y volar con el viento como un planeador, jugar en hamacas bajo el sol, nadar entre la gente, ya no haría falta esquivar, esquivarse, buscarse. Yo solo espero, mientras deshojo treinta margaritas, sé que agún día todo tomará sentido, algún día todo tomará color, y mientras ellos no estén me valdré de lápices y acuarelas que escuden la emoción, y aunque de talento no tenga un gramo, vomito toda mi vida en el papel, vomito mi estado alienante, yo me alieno de mí, de vos, de él, de ella , de todos. Preguntémonos si va a pasar algo, ¿Va a pasar algo? La verdad no lo sé, cada tarde es idéntica a la anterior, alguien debería sacarme un poco más de esta jaula, que a mi la voluntad no me da para abrir esa puerta. Corazón, tripa, riñoncito, déjame porcinearte el alma, tengo un puñado de gérmenes para compartir con todos mis amiguitos que se volvieron locos y usan alcohol y barbijos.

1 comentario:

rayito dijo...

ese dibujo también es muy bonito.